NACER PARA SUFRIR
El niño que no jugaba
porque la luz no veía
estaba ciego y cojo
¡hay qué pena madre mía!
De no poder ver
a esa luz tan divina
creada por la naturaleza
poderosa e infinita.
Este niño tenía
Amiguitos de muy buena voluntad
lo sacaban al parque
para poder disfrutar.
Y de qué disfrutaba señor
si no andaba ni veía
él entre si lo pensaba
porque amargamente vivía.
Sus compañeros queridos
lo querían y lo amaban
alguno se acercaban a él
y hasta de pena lloraban.
¿Por qué has traído Señor
A este ser para sufrir
y para sufrir los demás
por este pobre infeliz
José Parrilla Ortega, marzo 1986.
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