NATURALEZA INFINITA
La Luna roja y blanca
las estrellas dan llampidos
los ríos están llorando
y los mares enloquecidos.
Por las fuertes marejadas
que por sus fondos arrastran
mueven arena y fangos
por las mareas que abarca.
La Luna se oculta
tras aquella montaña
sola y desconsolada
enunciando viento y agua.
El río se encuentra sereno
escuchando a la Luna
mirando a las estrellas
pidiéndole agua segura
para llenar sus lagunas
manantiales y riachuelos.
Los mares se alborotan
pena de los marineros
descarga una fuerte borrasca
algunos ríos se desbordan
las estrellas se serenan
y la Luna va escribiendo
a la naturaleza su historia.
Noche tranquila y serena
pidiendo todos los planetas
para calmar la borrasca
de aquella noche siniestra.
José Parrilla Ortega, febrero 1986
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