Termina la guerra de la muerte
comienza la guerra del hambre
que le llaman la posguerra
de la miseria en la sangre.
Por justicia y razón
amemos a esos hermanos
que se han quedado sin hogares
hijos, padres y hermanos.
La ayuda internacional
es muy justo y humana
unida con la Cruz Roja
que hasta su sangre derrama.
Porque ellos no son culpables
de esa guerra tan cruel
que han formado los capitalistas
para ganar o vencer.
Todos por el oro negro
que han pagado los no culpables
las mujeres y los niños
que están presos y enterrados.
Ayudémosles, lo repito
y pidámoselo a Dios
por los seres inocentes
que han muerto por culpa
de ese canalla traidor
José Parrilla Ortega. Febrero de 1991
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